En nuestro ir y venir...
hacer y deshacer,
enojarnos, callar, decir, gritar...
¿Expresamos nuestra verdadera esencia?
¿Sabemos acaso quiénes somos?
Y, cuando reconocemos algún rasgo que nos es propio:
asentimos, lo expresamos, lo miramos como algo nuestro?
O lo rechazamos, tratamos de negarlo
cuando no es lo que se espera de nosotros,
o si nuestro grupo lo considera
desagradable o pernicioso?
Lo más valioso
es SER quien uno ES.
Reconocerse
y expresar lo verdadero.
Aceptar también esos rasgos que nos perturban
como parte de lo que somos.
Si los negamos aparecerán en los momentos más inesperados
o en los más difíciles
con una fuerza inusitada
tomando el mando de la situación.
Reconocer lo que ES y lo que no ES.
Mantenerse en PAZ
desde lo profundo de nuestro SER.
Y VIVIR la VIDA
con lo bueno y lo difícil.
Lidia