Somos seres multidimensionales y tal vez compartamos multitudes de experiencias, pero nuestra conciencia nos vincula en forma expresa a esta realidad física de tercera dimensión que estamos atravesando. Aquí en esta realidad cotidiana de cada día es donde podemos crecer y evolucionar aunque nuestras Almas estén transitando otras “realidades”. Aquí, contamos con mucho más de lo que podemos ver. Podemos saber que la vida se rige por leyes que la gobiernan. Las leyes SON y ACTÚAN, y sólo las podemos percibir por sus efectos. En el nivel personal contamos con distintos niveles o rangos de energía, desde lo más denso (lo físico) pasando por estadios intermedios (lo etérico, lo emocional, lo mental), hasta lo espiritual . En el aspecto “Mente” del ser humano encarnado en la Tierra podemos tener en cuenta tres aspectos fundamentales que son:
- La mente consciente
- La mente inconsciente
- La mente supraconsciente
La mente consciente es nuestra identidad terrenal, lo que conforma nuestra personalidad. Desde el momento en que nacemos comenzamos a recibir impresiones que se almacenan en los bancos de memoria de la mente consciente. Estos”recuerdos” a veces los tenemos a nuestro alcance, otras veces se desvanecen, pero los registros sí están. Nuestra mente consciente es la que piensa, analiza, evalúa, compara, define, agrupa, selecciona, ordena y muchas otras funciones como por ejemplo comparar con lo ya conocido y sacar conclusiones. La mente inconsciente es la que graba todos nuestros pensamientos, nuestros dichos, lo que le decimos a otros y, principalmente lo que está cargado de emocionalidad. Graba literalmente, y no reconoce el NO como parte del discurso. Para esta mente todo lo que recibe tiene el mismo valor, son identidades, y aún en los momentos de inconsciencia (y tal vez especialmente en ellos) graba todo lo que recibe, y lo más importante es que todo este contenido inconsciente sirve como motor para ser realizado. La mente inconsciente hará lo indecible por hacer cumplir sus contenidos, ya sean positivos o negativos, ya que no tiene poder de discernimiento ni de evaluación. Es literal y trata de realizar sus contenidos. (Ej. “No quiero estar enfermo ” quedaría: “quiero estar enfermo” o “qué estúpida” y la mente pondrá todo lo suyo para hacerme cada día un poco más de lo que pido!!!). La programación se va sumando, y si no tomamos consciencia de esto va guiando nuestras vidas con esas programaciones. Así actuaría en forma negativa, pero también podemos reprogramarla para llevar nuestra vida hacia el camino de la sanación y la superación.
La mente supraconsciente es el aspecto espiritual de nuestra mente y es lo que llamamos a veces nuestro Yo Superior, nuestro Cristo Interior, nuestra Alma. Ella es la que lleva a cumplir nuestro propósito más elevado, nuestra misión en esta vida. Y está a nuestra disposición todo el tiempo, con sólo pedirlo, con sólo tomar consciencia de nuestra guía interior y aceptarla. En la mirada re-encarnacionista podemos verificar que vida tras vida venimos tratando de resolver los mismos desafíos, y también podemos observar que éstos se complican siempre porque nuestras programaciones nos acompañan durante todo el proceso de la vida como Almas. Entonces, una y otra vez repetimos errores y una y otra vez tenemos la posibilidad de corregir, modificar, aprender. En cada vida se re-editan esos aprendizajes pendientes, pero también siguen nuestras programaciones subconscientes, como votos, promesas, juramentos, decisiones tomadas en momentos extremadamente difíciles o durante el proceso de la muerte. Si queremos enfocarnos sólo a esta vida actual, sepamos que en el período prenatal y durante el nacimiento, todos los aprendizajes se graban con un motivo actual, de esta misma vida: un problema durante el embarazo, una emoción fuerte de mamá, una agresión recibida, la presión dolorosa en el canal de parto, todo ello se graba en los bancos de memoria del inconsciente y buscará reeditarse una y otra vez, como ya lo dije antes. Conocer todo esto y saber que, con ayuda de nuestro supraconsciente y nuestra parte consciente podemos reprogramar el inconsciente, nos da una interesante salida para una vida más rica, plena y jubilosa.