Cuando logro desprenderme del pasado y aceptar todo tal como es y sin juzgarlo puedo vivir en el presente más simplemente sin estar en todo momento comparando: si es mejor o peor, si es bueno o malo.
Si yo pudiera comprender que no es necesario entrar en la dualidad en cada caso, que no es preciso desintegrarlo todo con mi mente que requiere poner una etiqueta a todo lo que pasa para comprenderlo.
Cuando pueda darme cuenta que la vida es mucho más bonita cuando puedo tomarla como viene y aceptarla, no querer cambiar nada, no separar las cosas siempre en sus opuestos que si es malo no es bueno y viceversa que las cosas están bien o mal siempre el extremo que me hace tener que definir si yo quiero o no que aquello pase, cuando no tengo nada que opinar:
la vida ES y con esta apreciación me quedo.
Si pongo mi atención en el presente, el pasado deja de pesarme, dejo de sufrir por lo que no fue, lo que no hice (o tal vez lo que hice mal, y me hace sentir culpa) o lo que no me dieron. Me retiro a mi interior y veo que todo lo tengo en el ahora, tengo mi Ser íntegro y entero que me conduce por la vida con amor.
Estoy donde tengo que estar y siento el fluir de la vida y lo acepto.
Soy plenamente feliz, estoy en paz y el amor lo llena todo...